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«El Amor es la meta más elevada y esencial a la que puede aspirar el ser humano. La plenitud de la vida humana está en el Amor y se realiza a través de él»

—Victor Frankl

Me llamo Encarna Marcos y te invito a conocerme para que, ojalá, te animes a iniciar esta primera travesía, que te pone en un camino de conexión, para que tu vida tenga un sentido mayor del que tiene y vuelvas a ti en otro estado, de paz y Amor.

Amar Abierta es, sin ninguna duda, el proyecto de mi vida. En él confluyen tres aspectos que me definen: mi pasión por el mar, mi devoción por el Amor como energía universal y sanadora y mi vocación para acompañar a las personas en su tránsito hacia el bienestar interior.

Lo peculiar de esta triple convergencia es la forma en que se concibió. Siempre recordaré la noche del 24 de octubre de 2018. Hasta ese momento estaba trabajando en una multinacional donde mi desempeño era bueno, disfrutaba con mi trabajo y de toda la gente con la que interaccionaba en mi día a día. Paralelamente a ese trabajo y a los que he tenido en mi vida, desde bien pequeña me había interesado el ser humano y sus comportamientos, con lo cual solía emplear mi tiempo libre en leer y hacer formaciones de diferente índole todas ellas con un denominador común: la terapia y el desarrollo personal. Mi curiosidad por esa temática nació en mí de forma natural. Primero, para trabajar conmigo misma y encontrar ese ansiado estado de felicidad y, en segundo lugar, para aprender teorías, técnicas y metodologías que despertaban mi curiosidad.

Ese día, tras acabar mi jornada laboral, fui a celebrar el cumpleaños de mi hijo mayor en la en la ciudad Murcia; yo vivo a 45 minutos, en la Manga del mar menor. Tras la tarta y el cumpleaños feliz, llegué a mi casa bastante cansada, pero hacía una noche tan espectacular que no puede resistirme a sus encantos, la luna llena lucía preciosa y se reflejaba chispeante sobre el suave oleaje marino. Me sentía tan feliz y conectada con el mar que subí a cambiarme para hacerle una visita. Quería darme un baño de luna y así lo hice caminando mar adentro hasta sumergirme. Me dispuse a flotar, abriendo brazos y estirando piernas y me entregué a la noche, al influjo lunar y a ese mar que tanto amo. Flotaba con tal levedad que me sentía parte del océano, de todo el universo. En ese estado de conexión profunda, de Amor y de plenitud, cerré los ojos y lancé una petición a Dios y al universo: “Ponme donde me tengas que poner para ser útil y servir".

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Al día siguiente, sin, por supuesto, esperarlo ni yo misma ni mis compañeros, me despidieron de la empresa en la que llevaba 11 años trabajando. En cuestión de horas había pasado de la felicidad y la tranquilidad al miedo e incertidumbre que me invadía. Del paraíso al caos. Con 53 años, la vida me sacó de golpe de mi zona de confort. Estaba en el paro, sobrepasada por la inesperada situación y paralizada por el miedo.

Con el paso de los días, noté como algo latía en mi interior. De vez en cuando, resonaba en mis pensamientos la súplica que hice la noche de luna llena. Nuevamente era consciente de que la vida tiene el mando, que no puedes controlar nada y que todo lo que pasa en ella es perfecto para tu evolución. Así que el primer paso, y sin ninguna resistencia, fue aceptar profundamente lo que había pasado y agradecer todo lo que esta empresa me había brindado. Empecé a poner en práctica mis aprendizajes y dejé de mirar fuera para empezar a buscar adentro. Allí fue donde encontré todos los recursos que había adquirido en mi tiempo libre y que me ayudaron a dar el paso más significativo de mi vida. De manera natural, en ese contacto íntimo con el ser, empecé a sentir cómo sería mi vida si me atreviera a hacer lo que realmente me hace feliz y me hace sentir plena.

Frente al mar, tomé la decisión de alinearme con lo que latía con fuerza en mi corazón, con mi propósito de vida que es Amar y servir. Acompañar a las personas en este proceso de autoconocimiento. Así fue como me embarqué en esta maravillosa aventura que bauticé con el nombre de Amar Abierta.

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MI PROPÓSITO DE VIDA ES AMAR Y SERVIR

Me emociona escuchar reír a un niño, un abrazo de corazon a corazon, ver el atardecer y sentir una mirada intensa. Saborear mi comida favorita, una canción, un recuerdo. Ver las olas como rompen con furia contra las rocas. Un quinto de cerveza muy, muy fría cuando el calor aprieta. Un encuentro esperado o inesperado, la luna llena del Mediterráneo.

Para nutrirme, miro el mar, abro mis brazos, respiro profundamente y conecto con mi Ser, con el Todo. Además, suelo estudiar todos los temas que me interesan, bien leyendo libros, bien mirando videos relacionados. Me nutro de la belleza de la naturaleza, poniendo Amor a lo que pienso, acariciando mi cuerpo cuando me miro al espejo, respetando mis estados y estando presente.

Me apasiona hacer lo que hago: acompañar a personas a que descubran el gran tesoro que llevan dentro. Me apasiona, también, toda forma de expresión corporal o trabajo interior, sea a través del baile, la pintura, el teatro, la fotografía, la escritura o la música. Me apasiona bucear en aguas claras y moverme como si fuera un pez mas. Navegar a vela y sentir el viento acariciar mi pelo y mi piel. Me apasiona una conversación de alma a alma.

La experiencia más significativa de mi vida ha sido, sin duda, la maternidad. Mis dos hijos han sido, y son, mis grandes maestros. Me casé y me divorcie muy joven. Incapaz de gestionar en aquel entonces toda la amargura que sentía, al ver que mi proyecto de formar una familia feliz se había ido al traste y con el peso de la culpa de poder volcar todo aquello en mis hijos, empecé a poner mi atención en el amor incondicional que sentía por ellos y dejé que esa poderosa energía me guiara. Así fue como el amor me fue transformando y sanando, me hizo bucear en mi interior y emprendí este maravilloso y agradecido viaje que, sin duda, durará toda mi vida.

Este viaje interior fue dando luz a mis zonas oscuras, empecé a poner la atención en mí, a profundizar en mi inconsciente, a neutralizar grabaciones, a perdonar, a soltar culpas. Así fue como detecté mis proyecciones, me deshice de toda expectativa y dejé de querer controlar lo incontrolable. Aprendí a soltar y a fluir, aprendí a aceptar y, sobre todo, a confiar en la vida. Tengo la certeza de que hay algo mayor que teje la vida y que todo lo que pasa es perfecto para nuestra evolución.

Me apasiona el arte del coaching, tanto para niños como para adultos, tanto sexual como de pareja. Me encanta el poder tan mágico que tiene la PNL y ver la cara de alivio y gratitud de la persona al terminar la sesión. Me apasiona la psicología transpersonal ("El vuelo del alma a una realidad mayor”) por su carácter experiencial y por su poder para ampliar la visión y admitir estados de conciencia más elevados y, en última instancia, para descubrir el potencial y capacidad que todos tenemos.

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